Hobo with a shotgun (Íd. Jason Eisener, 2011)

Los extremeños hemos cargado siempre con cierto complejo de inferioridad que sigue vigente hoy en día y que tiene su origen en la creencia, bien arraigada también en el resto de la península, de que Cáceres y Badajoz son dos de las provincias españolas más deprimidas económica y culturalmente hablando. El extremeño suele ser visto por los de fuera como una versión sin gracia del andaluz y, más a menudo de lo que debería, suele considerarse a sí mismo un desgraciado , alguien a quien le ha tocado vivir en una tierra que parece demasiado lejos de todo y en la que nunca se hace nada importante . Pero, más allá de rendirnos al axioma de que Extremadura es únicamente tierra de conquistadores, de perpetuar esa imagen que el cine o los medios informativos han dado siempre de nosotros como afectados de miseria y disfunción mental ( Las hurdes, tierra sin pan , Los santos inocentes , El 7º día ...) o incluso de pedir perdón por haber criado a Bebe, deberíamos empezar a recordar